Estar a menudo involucrado en conflictos y dramas no hace que uno los ame. Dudo que alguien ame algo de eso.
Si puede darse cuenta de que pueden carecer de la habilidad, la madurez emocional o la facultad mental para enfrentar ciertas situaciones que todos atravesamos en diversos grados, dejará de juzgarlos pero los entenderá mejor. Si puedes darte cuenta de que se necesitan dos para formar un conflicto y un drama, quizás adquieras una nueva percepción de ti mismo.
Aquellos que disfrutan causando conflictos y dramas a otros están motivados por los beneficios psicológicos y tangibles que presentan estas situaciones.
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- ¿Son los narcisistas malignos los que desaparecen y te ignoran?
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- ¿Alguna vez los tímidos superan su miedo a la improvisación?
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