Cómo disminuir o detener pensamientos inapropiados.

Me gustaría que pensaras en una gran taza azul. Míralo en el ojo de tu mente, imagina qué tan pesado es, qué tan brillante es su superficie, qué tan fuerte es.

Ahora, para el próximo minuto no pienses en esa gran taza azul.

Intenta lo más que puedas para no pensar en ello.

Si le viene a la mente, empújelo.

Sigue adelante.

Cuando haya transcurrido el minuto, adivina con qué frecuencia pensaste en la taza. Y luego adivina cuántas veces has pensado en una gran taza azul en el minuto anterior.

Parece que cuando intentamos bloquear un pensamiento en realidad fortalecemos las conexiones en el cerebro.

¿Entonces que puedes hacer? Si intentas pensar en ello, entonces seguirá viniendo a tu mente, y si intentas bloquearlo, será como la gran copa azul: ¡seguirá viniendo a tu mente!

¿Entonces que puedes hacer?

Tómese un descanso todos los días, tal vez diez o veinte minutos, para relajarse e imaginar uno de estos pensamientos que lo agobia sin involucrarse en ello. En su lugar, imagina que eres un mero observador de tus pensamientos. Así que deja que los pensamientos vayan y vengan, no necesitas involucrarte en ellos. Solo ten en cuenta que hay un pensamiento, pero tú eliges si quieres involucrarte o no.

En tu vida diaria haz lo mismo. Observe que un pensamiento ha venido a su mente y aprecie que si no es uno que desea, puede verlo, verlo ir y venir.

Con el tiempo, estos pensamientos deberían calmarse, pero si persisten, consulte a un terapeuta.

Puede cambiar de marcha como en:

Estoy aprendiendo a amarme

Día a día y en todos los sentidos, estoy mejorando y mejorando.

El dinero es mi amigo.

Te amo, _________________________, realmente, realmente te amo!

Lo mejor está por venir

O:

diríjase a Shad Helmstetter, ‘Qué decir cuando hable con usted mismo’ y escriba algunas de sus palabras positivas (youtube.com)

o:

Ir a: youtube y

Louise L. Hay afirmaciones positivas y escribe tus favoritas y hazlas tuyas cuando aparezcan los “impostores”.

Estás a cargo, recuerda … ¡no tus pensamientos!