Como ex entrenador y actual padre de cuatro hijos, muchas veces he dejado que alguien me gane en una actividad, deporte o competición. Fue una oportunidad para recompensar su arduo trabajo y construir una mentalidad positiva hacia el éxito.
Mi decisión fue tomada en base al esfuerzo que estaban haciendo. Siempre quiero asegurarme de que estoy recompensando el esfuerzo y la persistencia en un deporte o una competencia, y dejar que ganen les ayuda a internalizar que más esfuerzo significa éxito. Estas “victorias” llenas de esfuerzo les ayudan a construir un lugar interno de control y mentalidad de crecimiento.
El peor momento para dejar que alguien (especialmente un niño) gane, es cuando puedes decir que no están haciendo todo lo posible y / o amenazando con rendirse. Esto puede generar la creencia de que su éxito es el resultado de una habilidad natural o inherente, o que se atribuye a cosas que están más allá de su control. Perpetuar este tipo de pensamiento hace que se sientan menos en control de sus propias circunstancias. Esta “mentalidad fija” puede ser perjudicial para la capacidad de enfrentar la adversidad y hacer frente en el futuro.
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