Soñar despierto es uno de los pequeños placeres de la vida. Hay formas correctas e incorrectas de disfrutar.
Maneras correctas:
Da un paseo por el parque.
Siéntate en una roca y contempla las olas que entran.
- Como ateo, ¿a quién le expreso gratitud en la práctica de la atención plena?
- ¿Puedo cambiar los atroces modales en la mesa de mi viejo esposo?
- ¿Cuál es la mejor manera de despedir a un chico por llamarte cumslut?
- ¿Mantener los calcetines en mal humor?
- ¿Cómo saluda la gente a los demás en tu país?
Apóyate en la barandilla del ferry y mira cómo desaparece la estela en la distancia.
Siéntese en la mesa de la cocina con una taza de té y mire por la ventana.
Pon tu música favorita, recuéstate en tu silla grande y cómoda. Canta, en voz alta y desafinada.
Tocar un instrumento. Juega algo que sepas bien, para no tener que pensar en ello.
Apóyese contra un poste de luz y observe a la gente pasar.
Siéntese en un café de la acera, tomando una taza de café durante media hora.
Consigue un bloc de papel y un bolígrafo y garabatea algo delicioso.
Tejer o hacer a ganchillo una bufanda muy, muy larga.
Maneras equivocadas:
Mira por la ventana mientras tu jefe te habla.
Mire por la ventana cuando su cliente está tratando de obtener su cheque.
Mire por la ventana mientras la clase de preescolar se vuelve loca y garabatea en las paredes con crayones.
Mire por la ventana cuando la luz se vuelve verde y todos los conductores detrás de usted comienzan a tocar la bocina.
Mire por la ventana mientras el auditor le pide ver sus recibos de los últimos cinco años.
Mire por la ventana mientras su perro monta la pata de su huésped.
Mire por la ventana mientras su hijo abre el bolso de sus amigos y tira su control de natalidad por todo el piso mientras todos miran.
Mire por la ventana mientras el informático explica cómo no bloquear el sistema por quinta vez consecutiva.
Probablemente puedas pensar en más. Sé que puedo.