Sí, hay algunos fundamentos neurológicos para hábitos particulares.
Por ejemplo, en The Great Courses Lectures Series: The Addictive Brain, el Profesor Polk habla sobre cómo las diferentes personas pueden ser propensas a disfrutar de diferentes tipos de drogas o alcohol. Pero no hay un tipo de cerebro “adictivo” para todas las sustancias, depende de las características específicas de cada una. Algunas personas tienen más probabilidades de resistir las drogas / alcohol y otras son más propensas a ceder.
Otro ejemplo es la clásica “prueba de malvavisco”, en la que toman niños de 4 años y dicen: “Ahora puedes comer este malvavisco, o esperar 15 minutos y te daré 2”. El resultado es, por supuesto, que algunos esperan y otros no. Pero la parte interesante es que los que pueden esperar son, en general, más exitosos en cualquier medida 20 años después:
Más amigos, mejores calificaciones en la escuela secundaria y la universidad, mayores ingresos, menos probabilidades de estar en la cárcel, etc.
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Por lo tanto, inclinarse hacia el autocontrol y la gratificación retardada son dos factores muy útiles para desarrollar buenos hábitos y eludir los malos.