¿Por qué no nos atrevemos a dejar un salario y apostar por la pasión?

Porque,

El miedo al fracaso domina el poder de la pasión.

La humillación temporal descarta la satisfacción sostenida.

Las cadenas de la responsabilidad son más fuertes que las plumas de la libertad.

¡Lo más importante es que el nivel de pereza es más alto que el de la determinación!