Nosotros conocemos el pecado.
Y sabemos lo que es justo.
En otras palabras, sabemos lo correcto y lo incorrecto.
Hay quienes odian a las personas por hacer el mal, mentiras, engaños, pereza, etc.
- ¿Por qué las personas son tan juiciosas y rápidas para ignorar a los demás, incluso si tienen puntos válidos, solo por la forma en que pueden vivir o verse?
- ¿Por qué a la gente le importa lo que piensan las celebridades como Tom Cruise o Michelle Obama?
- ¿Las personas pueden dejar de señalar que hay personas que lo tienen peor que yo cuando tengo un problema? Quiero hacer que mi vida sea mejor que lo que es, en vez de tener esta excusa.
- ¿Está bien que un ingeniero ame la naturaleza, la humanidad y las emociones más que las máquinas?
- ¿Por qué el “efecto contundente” es algo malo?
Hay personas a las que se debe hacer bien, responsable, veraz, perdonar, etc.
Ambos de estos tipos están equivocados en su forma de pensar, pero el primero es más correcto, pero sigue siendo corrupto.
Si un vaso de agua es corrompido por una gota de cianuro, ya no es un vaso de agua de carne.
Odiar a la persona es el cianuro, la corrupción en el sistema judicial del pensamiento.
Amar a nuestros enemigos, no significa unirse a sus caminos, sino lo contrario en su interior.
Los caminos del hombre no son el (wo) hombre.
El juicio de la humanidad es inferior.
Dios es bueno.