Llamaría a la puerta, me presentaría y le diría el problema de manera civil. Es más que probable que quiera ser un buen vecino y le agradecería que le informara sobre el problema y que movería la luz de la inundación.
Cuando esté arreglado, le traeré un regalo de bienvenida al vecindario. Un pastel si es una familia o un paquete de seis si es un hombre soltero o lo que creas que es apropiado.