Hay cosas que deberíamos creer sin importar cuán probables o improbables sean las verdaderas, porque creerlas las hace más probables. Por ejemplo, la determinación de que una persona confinada a una silla de ruedas para caminar nuevamente después de un accidente se ve influenciada positivamente por la creencia de que puede hacerlo, por muy grave que sea la evidencia médica. Los doctores a veces se sorprenden por lo que un paciente puede lograr por pura fuerza de voluntad, y usted no puede tener la voluntad de tener éxito sin creer que tendrá éxito.
Es un gran riesgo emocional debido a lo aplastante que es la derrota en estas circunstancias, pero son los que toman los riesgos quienes hacen las cosas importantes.