Creo que se elige algo como “oler” porque en realidad no es una analogía terrible de cómo percibimos las cosas de otras personas.
De alguna manera, solo SABEMOS que olemos las galletas con chispas de chocolate, incluso si no las VEMOS e incluso si no podemos explicar definitivamente QUÉ es lo que hace que algo huela a galletas con chispas de chocolate. Nuestros cerebros están realizando una detección y un reconocimiento complicados, y al otro lado viene la realización, “galletas de chispas de chocolate”. Magia, ¿verdad?
Sentir cosas sobre otras personas también es una tarea compleja. Todo lo que tu cerebro ha aprendido
- Cómo actúas tú mismo cuando sientes cosas diferentes.
- experiencias pasadas con otras personas
- varias normas sociales
- detalles de la situación actual
- etc.
Se combina en un crisol con el de la persona.
- Cómo alentar a las personas a actuar en función de su sentido de la justicia.
- ¿Qué se considera un error y por qué errores se envía a la gente a la cárcel?
- ¿Por qué la gente tiene actitud sin razón alguna?
- ¿Por qué los hombres adultos actúan inmaduros?
- En los libros de psicología sobre liderazgo, hábitos, comportamiento, amigos, etc., ¿por qué siempre se menciona la religión?
- elección de palabras
- tono de hablar
- lenguaje corporal
- reacciones
y así. Llegas a tener una idea de lo que está pasando, pero debido a la gran cantidad de elementos de entrada y líneas de razonamiento diferentes (y muy rápido también), realmente no puedes describir cómo llegaste allí.
Por supuesto, este complejo sistema de razonamiento en nuestro cerebro también puede estar equivocado. Especialmente en un entorno intercultural, donde las normas son diferentes. Por ejemplo, dado que los europeos están acostumbrados a un espacio más personal que las personas de América Latina, cuando se hablan entre sí, los europeos pueden sentirse incómodamente atestados e intrusos, mientras que los latinoamericanos pueden preguntarse por qué los europeos son tan hostiles.
Lo mismo puede aplicarse a cualquier cosa que podamos sentir acerca de otra persona, como la desesperación (aunque también podemos tener razón).