Crecí en una cultura con mínimas charlas. La mayoría de nuestros edificios no son lo suficientemente altos como para conversar en el ascensor, por lo que no es un problema. Cuando entras en un ascensor con personas que ya están en él, saludas, buenos días y la gente murmura lo mismo. Cuando te vayas, deseas a los demás un buen día y todos murmuran lo mismo de nuevo. No hay necesidad de una conversación completa. De vez en cuando, la gente dice algo sobre el clima si es inusual, como si hay una tormenta en el exterior o si hemos tenido un par de días calurosos de verano.
Me sentiría maleducado si tuviera una conversación con un colega mientras un extraño está atrapado en el mismo ascensor que nosotros. Sería excluido de nuestra conversación mientras estuviera sujeto a ella. Si tengo ganas de hablar, trataría de incluir a todos, lo cual no es fácil cuando las personas intentan constantemente subir o bajar. Así que simplemente me callo, sonrío y murmuro. No es incómodo en absoluto.