Cuando un niño nace en el mundo, su primera respuesta es llorar, y eso es un hecho. Comparado con el ambiente cálido y constante que era el útero de tu madre, has sido empujado hacia el mundo frío e impredecible.
¡Bienvenido!
Entonces, tu primera respuesta natural es llorar, o como te gusta pensar en ello, producir ruidos desde tu garganta vocal. Esta es una respuesta incorporada. A medida que creces, te das cuenta de que cada vez que emites este ruido recibes comida, atención y se tienen en cuenta tus necesidades básicas. Esta es una respuesta aprendida.
El llanto estimula la producción de endorfinas, el analgésico natural de nuestro cuerpo y las hormonas del “bienestar”. Por lo tanto, es nuestra respuesta biológica natural llorar. El llanto también es universal y la gente está en sintonía con él; Cuando lloras, la gente quiere ayudar. Por lo tanto, aprendes a llorar para obtener ayuda (o aprendes que llorar no siempre garantiza que alguien te ayude).
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¡Así que es una respuesta natural y aprendida!