La convención social, lo que la mayoría considera aceptable, se está reescribiendo constantemente. El bullying fue un “crimen de fondo” y en gran parte no ha sido probado ni documentado hasta la era cibernética. Una vez que la documentación y las redes sociales pusieron la situación común en primer plano, un segmento cada vez más vocal de la población exigió cambios y rendición de cuentas. Puede atribuir este cambio en la actitud social tanto a la aceptación de la intimidación como una faceta del comportamiento humano, el nuevo estándar de que esto es inaceptable, como a la nueva capacidad de recopilar suficiente documentación para demostrar que esto ocurre. El costo personal y social fue alto; la sociedad no habría impuesto un imperativo a la hora de cambiar este comportamiento a menos que existiera una prueba de que los resultados fueron una novatada mortal y no inofensiva. Entonces, para esta nueva generación la cámara es su amiga.
Gracias por la A2A