Debe permitirse que las personas vean el arte y lean la escritura y escuchen la música que elijan, independientemente de quién la haya creado. En los Estados Unidos, el derecho del público a estar informado es parte de la “libertad de expresión”. Si la gente admira las pinturas de Hitler depende de ellas.
Verlos es un recordatorio de que no podemos dar por sentado que somos un ser humano decente. Uno puede pintar escenas austriacas bonitas o escribir manifiestos manifiestos al estilo de Unabomber o componer canciones como Charles Manson hizo para los Beach Boys y aún ser un asesino o un asesino en masa. Y recordar ese hecho es algo bueno para las personas.
No se trata de admiración.