No categorizamos el mundo para ser amables. Lo hacemos para lograr la máxima utilidad y cooperación posibles. El cáncer no es bueno, pero si yo tenía cáncer y exigía que mi condición fuera etiquetada como algo con mejores connotaciones para sentirme menos ofendida, ¿cómo podría alguien ayudarme? Algunos, si no la mayoría, de los aspectos de la vida son trágicos y dolorosos. La única manera en que podemos comenzar a aliviarlos es admitir su realidad y definirlos de la manera más clara y clara posible. No tiene nada que ver con ser amable.
El ‘viejo’ funciona porque es inequívoco y nos da una indicación clara y desapasionada de la posición de esa persona en la sociedad. Cambiar de forma arbitraria una palabra ambigua como “clásico” simplemente para parecer más agradable en realidad erosionaría nuestra capacidad de ayudar y cooperar con esa persona de manera efectiva.