Estamos en gran parte influenciados por los deseos inconscientes. Nuestros problemas emocionales emergen de las etapas de desarrollo de nuestra infancia. Emanan de los anhelos sexuales y se fijan en la mente subconsciente. Las obligaciones parentales, sociales y morales trazan los límites de lo bueno y lo malo. Sentimos incomodidad cuando estamos en conflicto con los preceptos morales y sociales. Aquí comienza el problema, nos da vergüenza o ansiedad.
Los deseos y los antojos entran en conflicto directo con los preceptos sociales y morales y no estamos en posición de controlar nuestras propias acciones. Se vuelve difícil controlar nuestras acciones porque este es el resultado del proceso inconsciente constante.
El estudio profundo de la psiquiatría revela que los problemas experimentados en la infancia aparecen en la vida posterior. Algunas personas no están en posición de controlar sus acciones y, como resultado, desarrollan discordias sociales. La causa está oculta en los recuerdos reprimidos. Sus acciones generalmente se salen de control debido a los recuerdos reprimidos y el resultado puede ser la dependencia del alcohol, la infeliz vida conyugal o algunos otros problemas asociados. Estas cosas afectan el pensamiento, los sentimientos y los estados de ánimo. El resultado es ansiedad o estrés.
En los peores casos, se convierte en enfermedad mental. En tal caso, la medicina puede volverse inevitable. Por supuesto, la medicina disminuye la ansiedad, pero la persona puede perder el ímpetu para resolver la dificultad. Tomar medicamentos para la enfermedad mental no es malo, pero debe hacerse con ayuda profesional. Pero también se debe recordar que los medicamentos brindan un alivio temporal y no tratan la fuente del problema.
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En mi opinión, el yoga puede ciertamente ayudarnos a lograr el cese del caótico conflicto interno que ha sido la razón de nuestras acciones incontroladas. Puede ayudar al cese de toda actividad mental y crea un alto estado de conciencia. Se crea una nueva conciencia y nos ayuda a borrar todos los recuerdos reprimidos. Un nuevo despertar amanece. Trae alegría. Un nuevo poder de concentración desarrolla una aptitud para la autorrealización que brinda una sensación de bienestar y felicidad. El control de la respiración a través de pranayam, que es un proceso interno, nos ayuda a convertirnos en el maestro de nuestras propias acciones y ya no estamos regulados por los recuerdos reprimidos. La cubierta de los sentimientos reprimidos que ha estado cubriendo la luz interior es removida.
Regresamos a nuestra propia fuente divina y la restauración de la mente original nos permite controlar nuestras propias acciones. Nos convertimos en nuestro propio maestro. Se renuncia a todas las distracciones y conflictos internos. Ya no somos los esclavos de los conflictos internos. Desarrollamos la pureza interior para controlar nuestras acciones. El yoga nos ayuda a mantener la calma sin tranquilizantes. PRUEBA YOGA.