Mi principal queja: odiar a los demás por lo que son.
Extrañamente, he aprendido a lidiar con el odio de los demás, pero si alguien se me acerca y comienza a regañar a un chico o una niña pobre por su aspecto, o lo que hacen para ganarse la vida, me cuesta mantenerme comprobar.
Es una situación paradójica en la que estoy, ya que es posible que la persona que me habla pueda ser una quejosa compulsiva y no pueda odiarlo.