Aquí hay algo que aprendí de un psicólogo que enseñó una clase sobre terapia familiar en el que participé.
Una de las cosas que animó a los padres a hacer fue dar una opción. Por ejemplo, “¿Quieres alimentar al perro esta noche? ¿O quieres alimentar al gato?” Más tarde, si el niño no da de comer a la mascota, la respuesta fue: “Lo prometiste. ¿Cómo te sentirías si te prometiera algo y no te lo diera?”
Para cerrar de golpe la puerta, creo que podría haber recomendado darle a un niño un biberón con golosinas igual a unos pocos más que el número habitual de portazos. Les explican que estas golosinas son para después de la cena y antes de acostarse esta noche. “Son tuyos, pero cada vez que cierres una puerta, te devolveré una”. Sería una buena idea tener un banco de golosinas que haga sonar una campana o algo cada vez que se coloque una golosina. La campana debe ser audible en toda la casa. Entonces el niño cierra una puerta y lo siguiente que oye es “¡Ding!”
Otra posibilidad es que la mala conducta esté ocurriendo porque su hijo quiere atención. En ese caso, debe ignorar el portazo de la puerta o lo que sea, pero prestar atención al niño al azar o, mejor aún, prestar atención al niño cuando hace algo bueno. En otras palabras, no recompensar involuntariamente el mal comportamiento.
- ¿Cuándo aprendes que la desnudez es vergüenza?
- Si alguien está haciendo muchas preguntas, ¿cómo detenerlo sin lastimar?
- ¿Hay alguna explicación científica para la codicia humana?
- ¿Qué tipos de modelos de simulación son lo suficientemente realistas para ser usados en simulaciones de peatones, personas y movilidad?
- ¿Alrededor de qué hora las mujeres se ponen cachondas?
Solo por mi propia experiencia, si Francəs alimenta al perro, entonces deberías decir “Gracias”. Recompense al niño por hacer lo que usted quiere que haga.