Si pudieras, ¿te vengarías de las personas que te acosaron, acosaron y atormentaron cuando eras un niño?

Aprovecha el kismet.

Tuvimos este punto de venta llamado Pat Mahoney que vivía en nuestro bloque. Era el típico chico de la basura blanca que abandonaba la escuela, tenía 16 años, había abandonado la escuela y pasaba el tiempo golpeando a los niños más pequeños del vecindario, destrozando casas y autos, robando cosas de los garajes. Cabeza de pecker total.

Años después, tenía 23 años y en una fiesta. Y he aquí, allí estaba él, sentado en un sofá, todo él solo. La última vez que me vio, era más pequeño que él y corría por mi vida. Ahora, yo era un monstruo. Enormes brazos Un gigante en comparación con su cuadro de agotamiento. Así que lo levanté en una mano por su garganta y me reintroduje. En silencio enumeré sus varios pecados contra mí, mi hermano menor y mi amigo Jerry, mientras lo observaba de la manera perturbadora que hacen los carnívoros cuando agarran algo que no están seguros de que vayan a comer. Lo acerqué a él y empecé a olfatearlo, hablándole todo el tiempo, pensando en qué debía hacer con él.

El rompio. Sollozó y me rogó que no le hiciera daño. lo cual fue gracioso ya que tenía 27 años. Lo dejé colgar allí, mi cara invadía incómodamente su espacio personal, respiraba pesadamente y dejaba que un gruñido bajo se formara en mi garganta. Él los mojó. Así que lo tiré al suelo y le dije que ya no era necesario, que tenía libertad para ir a casa. Lo que hizo.

La venganza es un plato que se sirve mejor con arroz y frijoles, con Fudgy the Whale para el postre.

No. No veo el punto en eso. Mi venganza contra ellos no me traerá felicidad ni borrará todos esos años horribles que tuve que pasar. ¿Cuál es el punto entonces?

Lo mejor para mí es simplemente evitar a mis acosadores por completo y evitar cada contacto con ellos si es posible. No porque les tenga miedo, no, es más porque no necesito personas tóxicas y personas que me lastiman en mi vida. No los necesito ni quiero que sean parte de mi vida. No creo que ninguna venganza pueda ayudarme. Me basta con evitarlos y me parece bien.

Después de haber pensado tanto … no. No hay beneficio para ello. Sin embargo, al encontrarme con uno de ellos, en este punto no permitiría que hubiera misterios sobre si podría permitirse que volviera a suceder. He crecido mucho desde esos días y ahora tolero mucho menos tonterías.

Sé que hoy, incluso sin tener en cuenta su insensatez, la venganza no sería dulce, dejaría en mí una amargura, una frustración, una sensación de “falta de resultados”.