Obviamente, esto depende de las circunstancias y de la cantidad de contacto que tenga con la persona, pero en mi experiencia, la mejor manera de hacerlo es tratar la situación como si fuera una relación profesional.
Sea respetuoso, sea amigable, pero no demasiado (no sea un felpudo). He descubierto que incluso cuando estoy completamente molesto por algo que alguien dice o hace, es mejor no cazar el anzuelo. Siempre tome el camino correcto y haga todo lo posible para conservar la dignidad personal y el respeto propio. Si lo hace, ganará el respeto de los demás y, con suerte, incluso si a la persona le sigue disgustando, al menos mostrará la misma deferencia.