Si bien las respuestas aquí tienen sentido, probablemente no sea la única razón. El esfuerzo provoca un aumento en el consumo de oxígeno y requiere una respiración más pesada. Como tal, cuando se requiere usar fuerza adicional mientras está vigorosamente activo, el resultado tiende a ser un gruñido no deseado o un grito. La contracción de grupos musculares simultáneos durante el acto de levantar o lanzar puede producir esto también.
Este concepto puede compararse libremente con los gruñidos laríngeos automáticos de las personas con dificultades respiratorias, una forma de continuar la actividad y al mismo tiempo permitir que la función respiratoria se produzca de manera efectiva.
Mis pensamientos son meras conjeturas basadas en observaciones comunes de personas incluso laicas que levantan objetos, donde generalmente están presentes sonidos verbalizados similares.