1.Ego. Un profesor que no puede dejar de lado una gran idea de su propia grandeza nunca puede impartir su conocimiento a su alumno.
2. Falta de empatía. Los estudiantes provienen de diferentes orígenes, todos con capacidades diferentes. Si al menos un profesor no puede tratar de saber cuáles son las dificultades que enfrentan, la desesperanza envuelve a los estudiantes muy rápidamente.
3. Impaciencia y naturaleza desdeñosa. “No hagas este tipo de preguntas estúpidas” es una de las frases que todos los estudiantes pueden haber escuchado al menos una vez. Este tipo de actitud desalienta a los estudiantes a hacer una pregunta y, gradualmente, mata su entusiasmo por el conocimiento.
4. Falta de motivación. Si no tienes interés en enseñar, simplemente no lo hagas. Hacer un trabajo a medias no ayuda a nadie. Ni siquiera tú.