Cuando envejeces, empiezas a ser como un niño. De la misma manera, si ve a un niño inocente exigiendo chocolates o juguetes, la persona mayor lo sabe muy bien, sin embargo, exige que ciertas cosas se hagan de una manera particular. Es su naturaleza y ociosidad lo que puede llevar a la irritación. Todo lo que necesitas es paciencia. Porque, ¿qué resultados esperaría si dos hot-heads iniciaron argumentos?
Conclusión: si cambias su comportamiento, se pondrán cada vez más enojados, es posible que tiendan a enfermarse. Tienes que ser muy tierno y cuidadoso con sus emociones. A esa edad, no puedes cambiar su comportamiento, sin embargo, puedes alterar el tuyo. Piensa en ellos, como tu hijo.