¿Cuál es la mejor manera de pedirle a alguien que se calme?

Una guía educada sería asumir que desconocen cómo le afecta su volumen. Es muy posible que hayas hecho lo mismo en algún momento. Hágales saber de la misma manera que preferiría que lo hicieran saber: gentilmente y con gracia.

Para los aficionados al cine (o compañeros de trabajo en un espacio abierto): “Perdóneme por interrumpir, está hablando en voz muy alta”.

Para los vecinos con herramientas eléctricas (fuera de las horas razonables): “Se está haciendo tarde / bastante temprano. ¿Sería posible continuar su trabajo a [hora razonable]”.

Si están trabajando durante horas diurnas razonables, puede pedir un favor, por supuesto. Pueden cumplir con los intereses de las relaciones de buena vecindad, pero tienen sus propias prioridades. Algunos trabajos deben hacerse en un horario.

Una vez que se dan cuenta del efecto que tienen sobre ti, no hay razón para continuar con el tema. Según corresponda: agradézcales calurosamente, ignórelos fríamente, plantee el problema en otro lugar (ujieres, quejas por ruido).

En ambos casos hay personas empleadas para dirigir el lugar. Quejarse a ellos, es un trabajo hablar con los padres. Es posible que el padre te ataque por criticar a su hijo si lo haces tú mismo. Esto es especialmente cierto si estas personas creen que las reglas por las que vivimos el resto de nosotros no se aplican a ellas.

Habla con el bibliotecario.

Y hablar con los ujieres. Es su trabajo