El primero proporciona el contexto para el segundo. Eso explica por qué hicieron lo que hicieron. Por ejemplo, si una persona estaba corriendo cargando un retrete con un tulipán creciendo, otra persona se preguntaría por qué.
Ben le pregunta a Alex.
Alex dice: “Esto es una bomba disfrazada. ¡Tengo que seguir corriendo o de lo contrario va a explotar! ¡Aquí!”
Alex se lo pasó a Ben. Comenzó a sonar.
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Alex resopla y sopla. Él inhala profundamente, gritando, “¡Corre!”
Ben comenzó a correr y preguntó: “¿A dónde lo llevo?”
“¡Lee el mapa al costado!”
Ben tenía más preguntas, pero decidió preguntarlas más tarde. Valoró su vida más que su curiosidad.