¿Por qué mucha gente busca la felicidad sin saber qué es?

La mayoría de nosotros (pensamos que) sabemos qué es la felicidad y cómo se siente, por eso todos la buscamos. Sin embargo, tendemos a buscar la forma incorrecta de ello, y tendemos a buscarlo en los lugares equivocados …

“Sabemos” que la felicidad es ese estado de alegría temporal al que entramos después de que algo “bueno” sucede. Pero esta forma de felicidad es de corta duración porque depende de factores y sucesos que eventualmente llegan a su fin. Esta forma débil no se busca desde dentro, sino desde afuera, se busca desde nuestro mundo físico mundano a través de medios materialistas o egoístas.

La verdadera felicidad es mundos aparte de esto. Es un profundo sentido de bienestar interior, paz y vitalidad. Las personas que experimentan la verdadera felicidad sienten un profundo sentimiento de gratitud por simplemente estar vivo. No les importa la ganancia material y la satisfacción de su ego. La felicidad en esta forma no es temporal, es un estado mental de felicidad permanente.

Mientras continuemos buscando la felicidad externamente, solo la conoceremos como una gratificación temporal. Solo persiguiendo la felicidad internamente podemos esperar descubrir su verdadera y eterna forma.

La felicidad, la verdadera felicidad, es una cualidad interior. Es un estado mental. Si tu mente está en paz, eres feliz. Si tu mente está en paz, pero no tienes nada más, puedes ser feliz. Si tienes todo lo que el mundo puede dar (placer, posesiones, poder) pero sin paz mental, nunca podrás ser feliz. – Dada Vaswani

Creen que están persiguiendo la felicidad, pero en realidad están persiguiendo el escape y el placer. Gratificación a corto plazo = / = felicidad. Se les ha lavado el cerebro para venerar los placeres artificiales y hedonistas que una sociedad liberal de consumo individualista puede ofrecerles, y la saturación excesiva de estas recompensas naturales resulta en niveles bajos de dopamina, adicción y, a veces, desensibilización a nuestros sentimientos más íntimos. La mayoría de nosotros hemos caído en la trampa, Dios sabe que sí.