Gracias por la A2A.
Lo más inteligente que hice en mi vida siempre será decidir perder peso y estar en forma, después de 20 años de haberlo abandonado. Pensé que estaba “maldito” por ser así toda la vida.
Siempre estuve al borde de la obesidad, pero a los 18 años crucé ese umbral. Tenía colesterol alto, SOP y seguramente me dirigía por un camino de mala salud. Eso fue una llamada de atención. ¿Realmente quería pasar mi vida así? Odiaba ir de compras porque no me quedaba ropa. Odiaba ir a fiestas porque “sentía” que me estaban juzgando. Y la gente siempre fue tan mala, jaja!
En 2013 juré cambiar mi estilo de vida poco a poco. Caminé a mi lugar de trabajo, tomé las escaleras y la ruta más larga, corté el exceso de carbohidratos procesados. Fui extremadamente paciente, pero sin perdonarme conmigo mismo.
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Fui adicto al azúcar y la comida chatarra. Todavía recuerdo el horrible mes que pasé tratando de dejar de fumar. Mi estado de ánimo se disparó, tuve terribles dolores de cabeza y todo lo que podía pensar era en el azúcar (sí, son realmente más adictivos que la cocaína). Llamaba a mi madre y lloraba estúpidamente porque me faltaba mi solución frita. Pero un mes después tuve el control total de cuándo quería comer basura y me encontré dispuesto a cambiarlo por opciones más saludables.
Encontraría un vestido que me gustara y lo compraría en 2 tamaños más bajo y lo colgaría en algún lugar donde pudiera verlo todos los días.
Me sentí mejor, podía moverme más rápido y tenía una tonelada de resistencia. Mi colesterol, etc. bajó a la normalidad y empecé a sentirme mucho más segura. Incluso ahora, cuando me siento un poco cansado por cualquier desafío, me digo a mí mismo: “Si mi culo perezoso podría perder 50 libras, puedo hacer esto fácilmente”
Aquí está mi antes y después:
Tengo estrías en todo mi cuerpo. No me avergüenzan; Yo los llamo mis cicatrices de la victoria. Mi objetivo para 2018 es entrenar para una maratón, un objetivo que ha sido evasivo desde el año pasado debido a una lesión en la rodilla. Pero “si mi culo perezoso …”.
¡Saludos a una vida sana y activa!
Bonificación: la segunda decisión más inteligente que tomé fue hacer un doctorado. Otra historia, otro día.