¿Cómo nos juzgamos a nosotros mismos, por nuestros intereses o por nuestras fortalezas?

Nos juzgamos a nosotros mismos por tantos aspectos diferentes que no es simplemente una proposición.

Nos juzgamos por nuestros logros, nuestros fracasos, nuestros motivos, nuestros deseos, nuestras justificaciones, nuestras racionalizaciones, nuestros límites con la familia y los amigos.

Todo se reduce a una comparación ya sea con nuestra propia expectativa de lo que deberíamos ser (basada en una combinación de motivadores internos y externos (por ejemplo, padres)) o una comparación con nuestra percepción de cómo han actuado otros (por ejemplo, comparando con Wolfgang Mozart o Bill Gates o Mahatma Gandhi).

A juzgar por los meros intereses y fortalezas está limitando su visión de la imagen completa.