¿Por qué la gente nos sigue aconsejando hacer cosas nuevas?

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Algunas personas se resisten y temen probar cosas nuevas, mientras que otras las anhelan positivamente. Por ejemplo, algunas personas, cuando van al restaurante, piden la misma comida que ya saben que les gusta, mientras que algunas personas nunca piden la misma comida dos veces, quieren probar más variedad. Entonces, la primera parte de la gente prospera en la rutina, encontrándose perfectamente felices de hacer las mismas cosas día tras día, es decir, no están cansadas de hacer las mismas cosas porque les encanta hacerlas. Por otro lado, la segunda parte de las personas considera que la rutina es venenosa para su pasión por la vida. El beneficio más importante para la primera parte de las personas es la disciplina. Pueden enfocarse en los objetivos a largo plazo fácilmente teniendo una vida rutinaria, terminar sus tareas prolongadas y comprometerse con proyectos largos. Aún así, a pesar de este beneficio, la verdadera razón por la que se resisten a probar cosas nuevas es el miedo a lo desconocido. Tememos el resultado desconocido más que el resultado del fracaso. ¿Qué pasa si el nuevo plato no sabe bien? ¿Y si esta nueva ciudad no es segura para vivir? Tenemos una imaginación extremadamente activa y fértil, y aunque es una gran ventaja en la escritura, se convierte en una desventaja en la vida. En realidad, no tenemos miedo de fracasar, no tenemos miedo al éxito, no tenemos miedo de parecer tontos, sino que tenemos miedo de las situaciones en las que percibimos que podemos ser inseguros de alguna manera. También explica una aparente paradoja: no solo no tenemos miedo de probar cosas nuevas, a menudo estamos ansiosos. Mientras no percibamos ninguna amenaza de daño, nos gusta la estimulación de lo nuevo. Abrir nuestras mentes a una cosa nueva o una nueva forma de pensar suele ser aterrador porque, por definición, no es familiar. La falta de familiaridad a menudo hace sonar el timbre de alarma “peligro, potencialmente inseguro”. Pero si lo piensas bien, la mayoría de las cosas que tememos en realidad no suceden. Además, a menudo no podemos anticipar las cosas buenas que ocurren como resultado de intentar algo nuevo. Aquí hay una lista de cosas que trato de recordarme cada vez que me enfrento a probar algo nuevo:

• Probar algo nuevo a menudo requiere coraje . Y la necesidad de reunir valor es en sí mismo un beneficio. Qué maravilloso es abrir un torrente de coraje y ser llevado en sus olas a destinos de beneficios inesperados.
• Probar algo nuevo abre la posibilidad de que disfrutes algo nuevo .
• Probar algo nuevo evita que te aburras . Incluso yo, la persona más amante de la rutina que conozco, me aburro si no me desafían continuamente de alguna manera. Y no son los nuevos desafíos que estoy ansioso por asumir, los que representan mis mayores oportunidades de crecimiento, son los que no.
• Probar algo nuevo te obliga a crecer . Nunca crecemos por tomar medidas que siempre hemos tomado. El crecimiento parece requerir que tomemos una nueva acción primero, ya sea adoptar una nueva actitud o una nueva forma de pensar, o literalmente tomar una nueva acción. Forzarte a nuevas situaciones y dejarte solo, a menudo obliga a un cambio beneficioso. Un espíritu de auto desafío constante te mantiene humilde y abierto a nuevas ideas que muy bien pueden ser mejores que las que actualmente aprecias (esto me sucede todo el tiempo).

Es por eso que usualmente es este último punto el que me gana. Para mí, probar cosas nuevas no consiste simplemente en disfrutar de una nueva actividad o comida, por ejemplo. Realmente estoy contento disfrutando de todas las cosas que ya disfruto. Pero desviarme hacia tierras extranjeras (metafóricamente) siempre me ha obligado a desafiar mis creencias. Y tan doloroso como eso es, nada, creo, contribuye a nuestra felicidad más que a la destrucción de los delirios a los que nos aferramos, incapaces como a menudo somos, de distinguir entre las creencias verdaderas y las falsas (especialmente las creencias sobre nosotros mismos). . Y para bien o para mal, simplemente parecemos incapaces, la mayoría de las veces, de identificar una creencia como delirante a menos que alguna experiencia nos lo demuestre.

Al final, entonces, encuentro el espíritu para probar cosas nuevas, sinónimo del espíritu de superación personal. Y aunque no puedo decir honestamente que estoy naturalmente interesado en probar cosas nuevas (y, a veces, necesito un recordatorio para hacerlo por parte de las personas que me rodean), el factor de superación personal asociado es una gran parte de la razón. Me animo a dedicarme a ello.