Todas las tareas de liderazgo deben realizarse de la manera más difícil: hablar con las personas, ser accesibles y solícitos, escuchar lo que tienen que decir y responder con honestidad incluso cuando el mensaje no es lo que quieren escuchar.
La forma más fácil es hacer suposiciones de autoservicio y evitar la responsabilidad personal. El verdadero liderazgo nunca es fácil.