Lo que parece que hace 100 años, cuando estaba en el ejército, se nos alentó a usar las asignaciones para encargarnos de los importantes recibos y ahorros recurrentes. La idea era que si una persona nunca SALVÍA el dinero, realmente no existía. No se podía gastar antes de ir a donde debía ir. Al final de x cantidad de tiempo, había una porción de dinero en mi cuenta de ahorros, pero nunca pasé por el dolor de tocar el dinero (ni siquiera de contabilizarlo) antes de que fuera a los ahorros. Muchas personas hacen lo mismo con los impuestos. Aunque los asesores de impuestos y dinero dirán que uno no debería obtener una declaración de impuestos porque ese dinero se administra mejor en nuestros bolsillos, la verdad es que las personas utilizan el sistema tributario como una forma de obtener dinero gratis después de Navidad. Es un dinero en el que nunca pensaron todo el año, pero de repente tienen suficiente para comprar algún artículo, ir de viaje, etc.
Tengo un plan de ahorro de salud. Les digo cuánto quiero ahorrar y sacan una porción de dinero cada día de pago para cubrir esa cantidad. Si no uso ese dinero, se quedan con lo que queda. Si necesito TODO ese dinero el 1 de enero … tengo acceso a todo el dinero que les dije que ahorraré. Puedo usarlo todo, pero tengo que seguir dándoles el dinero para llenar la cuenta. Si muero o pierdo mi trabajo antes de darles la cantidad total, supongo que gano.
El punto es que nadie piensa que es gratis. Simplemente no cuesta nada cuando voy a usarlo. Las únicas personas que realmente usan la palabra “Gratis” son las que están en contra de la medicina y la educación socializadas y quieren poder decir “nada es gratis”. TODOS saben que no es gratis. PERO, en el momento en que necesito ir al hospital o mis hijos están listos para ingresar a la universidad, no me preocupa el origen del dinero. Yo, y ellos, tenemos y continuaremos pagando ese servicio toda nuestra vida. No pago impuestos para pagar mi factura médica o la factura de la universidad. Estoy pagando impuestos para no TENER una factura médica o una factura universitaria. Al igual que la asignación, ya que sale de mis impuestos, nunca manejo el dinero y no tengo el dolor de tener que elegir entre cenar o ir al médico. Además, estoy ayudando a otros a no tener que pasar por eso tampoco.
Realmente no es muy diferente a comprar un seguro. Si compro un seguro, estoy apostando a que me pondré MUY MUY enfermo y haré que paguen más de lo que pagué. Si me mantengo saludable, ellos ganan. Sin embargo, el seguro significa que PUEDO enfermarme, y la compañía de seguros ayudará a aliviar la carga financiera. Desafortunadamente, con los deducibles, los copagos y los límites de cobertura, es variable cuánto se alivia esa carga. Con la medicina socializada, se ha ido. Me puedo enfermar, no me va a llevar a la bancarrota, y pagaré un poco cada día de pago por el resto de mi vida (que ni siquiera SABER realmente lo tenía porque nunca lo veré).