Según feministas como Anita Sarkeesian y Laci Green, todo es sexista, y dado que todo incluye psicópatas, cachorros, hojuelas ombligo, exoplanetas, zanjas, trabajo, oxígeno, diamantes, diatomeas y dominatrices, son inherentemente sexistas.
Dado que todo es sexista, la implicación obvia es que no tiene sentido preocuparse por el sexismo.