Paciencia, tolerancia, sabiduría son algunas de las virtudes dignas de cultivar en su interior. La paz debe venir desde dentro y los conflictos externos cotidianos no tendrían efecto sobre nosotros a menos que seamos inseguros internamente. Nadie tiene el derecho sobre nadie, porque todos tienen su propia vida para vivir y sus propias decisiones que tomar. Hay conflictos con respecto a las decisiones que uno toma, pero cometer errores es solo una naturaleza humana y perdonarlos por su error los convierte en mejores personas que ellos.
Las cosas suceden por una razón, porque están destinadas a suceder. El hombre es simplemente un mortal, es la situación que se acumula a su alrededor lo que establece una reacción en cadena donde el suceso se convierte en realidad. A menudo encontramos faltas en los demás, y si la persona es responsable, él mismo aceptará su culpa. Pero no todos son tan valientes como para ascender para reclamar el premio que merecen. Acusar a otros no hará mucha diferencia hasta que la persona acepte su locura, es inútil hacer que la persona sea responsable. Las cosas están interconectadas e incluso si la culpa no es de ellas, terminan convirtiéndose en víctimas porque las situaciones se doblan de esa manera.
Así que es mejor no perder la calma, la paz y no dejar de lado la compostura durante un minuto con respecto a la paz mental y la personalidad compasiva.
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