Oculto mi edad debido a la discriminación por edad. Los empleadores que conocen mi verdadera edad asumen automáticamente que este viejo perro (ese soy yo) no puede aprender nuevos trucos, y se les ocurre algo malo, una excusa falsa para no ofrecerme el trabajo porque saben que la discriminación por edad es ilegal. Pero lo hacen de todos modos.
En el fondo, aún soy un cachorro joven, y puedo hacer cualquier cosa que puedan hacer los jóvenes batidores. Tal vez no tan rápido, o por tantas horas en un día, pero lo compenso con mis décadas de experiencia y la visión retrospectiva, la perspicacia y la sabiduría que conlleva.
¡Los viejos pedos gobiernan!
(Ahora, ¿dónde puse esos lentes de lectura … Oh, je je je … aquí están, encima de mi cabeza! Extraño, no recuerdo haberlos puesto ahí …)