Ningún ser humano es verdaderamente ignorante. Cada uno de nosotros, por nacimiento, viene equipado con un conjunto de atributos de comportamiento que juntos ayudan a dar forma a nuestras personalidades individuales. En consecuencia, los seres humanos pueden clasificarse libremente en tres tipos de personas, y cada uno podría tratarse de una manera ligeramente diferente.
Para lidiar con los sabios, tome un enfoque de escuchar y aprender.
Frente a lo académico, tome un enfoque de intercambio de conocimientos.
Para los pragmáticos, hable solo del conocimiento que, para ellos, tiene un propósito. La discusión de cualquier otra cosa, verdadera o no, es simplemente inútil.
- ¿Por qué siempre queremos algo mejor?
- ¿Por qué tocar la guitarra es generalmente atractivo para las chicas?
- ¿Por qué las personas que critican a alguien por algo que más tiende a mostrar ese rasgo a sí mismo?
- ¿Por qué amo tanto mi cama?
- ¿Por qué un narcisista se aburre tan rápido?
Otro punto de vista, ser etiquetado como ignorante a veces podría ser una bendición en la creación. Permítame compartir dos citas de Sócrates aquí:
“La verdadera sabiduría nos llega a cada uno de nosotros cuando nos damos cuenta de lo poco que entendemos acerca de la vida, de nosotros mismos y del mundo que nos rodea”.
“No pienses en los fieles que alaban todas tus palabras y acciones, sino en los que amables reprenden tus faltas”.