Puede haber muchas razones detrás de su incapacidad para entablar una conversación, pero la mayoría de ellas están relacionadas con la manera en que puede potenciar sus relaciones sociales con otras personas, para que todas puedan ser solucionadas.
1. Circunstancia
Ha sido un día difícil en el trabajo, y en el camino a casa, te encuentras con un amigo que te pregunta qué hay de nuevo, respondes que estás bien y lo siguiente que sabes es que no hay nada más que decir. Qué raro, ¿verdad? Dos mentes que son infinitas en su capacidad de imaginar su propio mundo, pero no hay puente entre ellas. Más adelante, te sientes avergonzado y puedes creer que hay algo mal contigo, aunque la explicación es que simplemente te falta energía.
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El cansancio es solo uno de los ejemplos representativos de esta categoría.
(Otro ejemplo: ambos pueden tener prisa, así que, ¿qué puedo decir en dos minutos, lo que no es aburrido, pero no es demasiado formal? ¿No? Eso es lo que sucede en nuestra mente en situaciones como esta. Solo considere cuántos condiciones que pretendemos cumplir solo por el bien de un protocolo social infantil).
Para decir lo obvio, existe una contradicción entre sentirse agotado y tener la intención de entablar una conversación, por lo que podría haber incluso otros factores contribuyentes.
2. Ansiedad social
Su problema podría ser más grande que eso, en el sentido de que hay una ansiedad más allá de cada interacción social que experimenta. En este caso, su incapacidad para entablar una conversación sería solo una manifestación de esa ansiedad. Necesitas tratar la causa, no el síntoma.
Podría creer que resolver el tema de la conversación es la respuesta al problema general, por lo tanto, se empuja hacia ese objetivo, pero cuando se encuentra cara a cara con alguien, no logra crear ese puente; por lo tanto, te culpas, tu ansiedad social aumenta en detrimento de tu autoestima y el problema inicial se vuelve loco.
En este caso, es necesario comprender que el silencio no es algo malo. A veces es mejor ser introvertido que verboso. Trate de averiguar qué hay detrás de su eventual ansiedad social.
3. No estás en la misma onda con la otra persona
Cuando intenta establecer una conexión con alguien, la palabra clave es “intentar”. Tal vez lo hagas demasiado duro, mientras que no hay química. Su interlocutor puede elegir temas que no le interesan mucho, o tal vez él / ella le diga cosas con las que no está de acuerdo y que no está de humor para un debate. Debido a su falta de conciencia, baja autoestima y quién sabe qué más podría no entender que el problema no es usted.
La ansiedad social u otros aspectos podrían cegarle, así que en lugar de pensar que simplemente no hay química, se considera incapaz de entretener a su interlocutor.
4. Falta de apertura
Tal vez la otra persona no está lo suficientemente abierta, pero aún considera que tiene el deber social de establecer una conversación y se culpa a sí mismo cuando no tiene éxito.
O tal vez no estás lo suficientemente abierto. Tal vez su subconsciente le indique que no es una buena idea volverse vulnerable frente a una persona específica, pero a un nivel más consciente, piensa que no hay razón para evitar la conversación, y el resultado de estos aspectos opuestos al suyo es que usted se pierden por las palabras.
Estas son solo unas pocas ideas, pero espero que ayuden.