Muchas personas. Yo no. Si tengo tiempo me encanta hablar con ellos. No creo en imponer mis creencias a los demás, y no creo en que otros impongan su creencia en los demás.
Y agradeceré la oportunidad de arrojar dudas en las mentes de quienes se imponen a los demás.
Les dejé comenzar su perorata, principalmente para descubrir qué subespecie particular de proselitista son y luego, como si estuviera interesado, hago preguntas. Eventualmente, invariablemente (según mi experiencia) llegan al punto en que necesitan consultar a un Anciano (o lo que sea que su religión particular use como autoridad).
Y luego les digo: “No. No quiero saber qué te dice tu Anciano (etc.); Quiero saber en qué crees. ¡Y no pueden contestar!
- ¿Por qué la gente está tan obsesionada con las cosas mundanas? Simplemente no entiendo cómo alguien puede enojarse tanto con un texto cuando hay muchas cosas más importantes de las que preocuparse.
- ¿Las personas están obligadas a manifestar comportamientos u opiniones intolerantes, porque permanecer en silencio implica ánimo?
- ¿Por qué la gente de todo el mundo todavía quiere emigrar a los Estados Unidos?
- ¿Por qué tengo tanto miedo de ser imperfecto / no excepcional?
- ¿Las personas que hacen las cosas solas, como comer solo, se perciben como tímidas y no son buenas para interactuar con las personas?
¿Qué tipo de persona cree con tanta vehemencia en algún dios que cambia su vida y recorre las calles haciendo proselitismo acerca de él / ella … y no entiende completamente lo que (dicen) cree?
Y entonces comienza la diversión!
Y no me siento culpable. Eran los que molestaban a los miembros del público.