Siempre trato de ser honesto y es porque le doy más valor al RESPETO A SÍ MISMO que a la felicidad momentánea. Te daré un caso de eso. Ocurrió durante mi semestre pico de Ingeniería. El maestro distribuyó la hoja de respuestas de un examen interno y obtuve una calificación media. Me sentí feliz con esa puntuación. En realidad, yo también había respondido una respuesta opcional. Pensé que el maestro podría sacar el mejor puntaje de las dos preguntas que respondí. El maestro evaluó esa respuesta también y le dio calificaciones también. Ella no se dio cuenta de que respondí como tal. Nunca lo supe también. Mi amigo obtuvo calificaciones por debajo del promedio y le pregunté qué sucedió. Fue ella quien me enseñó para el examen. Ella me dijo que no obtuvo respuesta para ese conjunto de preguntas y que no sabía las dos preguntas opcionales. Me preguntó cómo me las arreglé para escribir y tuvimos una conversación más y luego descubrió que también obtuve calificaciones por una pregunta adicional. Me volví demasiado consciente y pensé en decirle ese error a la maestra. Pero mi amigo me contuvo de decirle eso a la maestra. No pude escuchar correctamente a la clase restante y empecé a ponerme tenso. Después de la clase, cuando la maestra estaba a punto de salir de la clase, me puse de pie y se lo dije a la maestra. Ella y toda la clase me miraron sorprendidos. Sé que mis amigos podrían estar pensando que soy un idiota pero ese acto mío me hizo sentir mejor. Mis internos bajaron por eso, pero la satisfacción que obtuve con ese acto mío fue abrumadora. Cada vez que aprecio este incidente, entro en modo feliz. Ese fue un pequeño incidente, pero fue un punto de inflexión en uno de los objetivos de mi vida: encontrarme a mí mismo.
¡Se honesto! Te dará autoestima. 🙂