el peor castigo que puedo pensar es sentarme contigo mismo y preguntarte honestamente y abiertamente qué está causando esto. Llorar sobre el mío en las cosas es simplemente un síntoma de una causa subyacente más grande que te está pesando seriamente.
Llegar a la raíz de lo que te está causando esa infelicidad es doloroso, difícil y, en última instancia, muy liberador. La mejor de las suertes en tu viaje.