Hay momentos en que todos reflexionamos sobre momentos embarazosos de nuestro pasado. Como preocuparse, es un ejercicio sin sentido.
Ivan Pavlov demostró que podía anclar los sentimientos de un perro a los estímulos. Como humanos, somos incluso mejores haciéndonos esto a nosotros mismos.
Nos golpeamos a nosotros mismos por una historia que hemos construido alrededor de un sentimiento y reforzamos este patrón negativo.
El desafío: cada vez que comience a reflexionar sobre un evento que lo hace sentir mal consigo mismo, intente recordar un momento en el que triunfó, un evento que lo hizo sentir bien.
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Intente pensar en algo nuevo cada semana que sea positivo y útil para romper el hábito de gravitar hacia lo negativo.