Cuando estaba en el grado 4 tuve un compañero de clase que tenía el pelo rojo y muchas pecas. Muchos de los niños de nuestra clase se burlarían de ella, yo incluido. Es extraño que trate de recordar cómo nos burlaríamos de ella. Nunca dijimos nada directamente sobre su cabello rojo y sus pecas, pero como realmente se destacó, interactuaríamos con ella de manera diferente. Cuando ella respondía una pregunta de la maestra, reaccionábamos con indiferencia o como si estuviéramos aburridos. Ella no estaba atascada, en realidad era agradable, amable y educada. Haríamos pequeñas cosas para irritarla, tanto los niños como las niñas, como meter el dedo en la parte superior de su brazo cuando pasábamos por su escritorio. O una vez, la señora que limpiaba su casa le dijo que tenía demasiadas muñecas en su habitación y que ella no limpiaría su habitación a menos que llevara a la muñeca más grande a la escuela. Muchos niños se burlaron de ella por esto y la hicimos llorar.
Los últimos años, ya que en los Estados Unidos nos hemos preocupado por el acoso escolar, recuerdo cómo me uní al acoso escolar de este compañero de clase en el cuarto grado. La mayoría de las veces no fue una intimidación directa con palabras o burlas; la mayoría de las veces era solo que no éramos amigos con ella, nos mostramos indiferentes, o poníamos los ojos en blanco cuando decía algo, o suspiraba de forma despectiva … nunca la estábamos afirmando. Solo porque era una pelirroja con muchas pecas. En algunos momentos en Nite ahora, todos estos años (décadas) más tarde, me siento realmente avergonzado y avergonzado de no haber sido amable con ella y de que me uní a las burlas pasivas.
Y no pretendo sonar melodramático, pero a veces las lágrimas brotan de mis ojos cuando pienso en esto, mis compañeros de clase y yo, de qué manera nosotros, como niños, fuimos malos con ella y cómo a veces la entristecimos. He intentado buscarla a ella (ya su hermano) en Internet, pero hasta ahora no he tenido suerte. A menudo pienso en lo mucho que lo siento … y si alguna vez fuera capaz de ponerme en contacto con ella, me disculparía con ella y le diría que era una compañera de clase dulce y educada que no merecía nuestra irreflexión o indiferencia o las maneras sutiles que tomábamos. La diversión de ella y la hizo enojar. Mientras tanto, siempre le envío buenos pensamientos y mi amor a su manera, y oro para que Dios le dé paz … donde ella esta Y le ruego que Dios me perdone por la maldad de mi infancia hacia esa chica simpática, amable y educada con pecas.