Debido a que la verdad es una píldora amarga para tragar a veces, por lo tanto, las personas prefieren escuchar lo que quieren escuchar en lugar de la verdad. Es una afinidad con la verdad alternativa (cómo el POTUS actual puede denominarla).
Es una incapacidad para abrazar la realidad y la gravedad de las situaciones, una incapacidad para tomar uno debajo del cinturón y ser humilde ante los errores. Son nuestros egos hinchados los que no pueden tomar la verdad y prefieren las mentiras en su contra.