Al enseñarle a su hijo que está bien hablar cuando tienen un problema y expresar que están molestos de una manera sana y respetuosa.
Puede comenzar teniendo una reunión con la familia una vez a la semana y discutir cualquier problema que haya surgido. Si tienes dos hijos como ejemplo y se han metido en peleas, puedes preguntarles de qué se trató la pelea. ¿Como paso? ¿Cómo les hizo sentir a ambos? ¿Qué podrían haber hecho de manera diferente para mejorarlo?
Aprender a resolver conflictos de una manera saludable es mucho mejor que reprimirlos y permitir que salga la agresión pasiva.
Si tiene un problema con su hijo, siéntese y póngase a su nivel, mírelo a los ojos y dígale que está molesto con él. Explícales con claridad y con calma la acción que te hizo sentir mal y cómo te hizo sentir eso. Pídale al niño que empatice con usted y que le diga cómo se sentiría si le hubiera hecho eso para que comprendan por qué está molesto. Luego pregúntales si tienen algo que decirte. Anime a su hijo a hacer lo mismo cuando esté molesto con su hermano o hermana o amigo o incluso con usted.
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Enseñar a un niño a comunicarse de manera clara y tranquila para expresar su malestar en lugar de embotellarlo es una buena manera de comenzar.