¿Siempre corres y te escondes cuando las cosas se ponen difíciles?

No. Soy un luchador. Siempre lo he tenido y siempre lo será. Hay momentos en los que me haré una fiesta de lástima, o me tomaré un momento para componerme, pero cuando termine, me levanto para hacer pivotes.

He aprendido que vale la pena luchar por la vida. También aprendí que la vida no debe ser fácil. Si lo fuera, los buenos momentos no serían tan dulces.

Nunca. Prefiero enfrentar el problema y solucionarlo. Si no puedo solucionarlo, entonces sigo como estaba.