¿Tienes dificultades para decir que no? ¿Pones a menudo a los demás primero, en tu detrimento? ¿Te sientes resentido por las demandas que te imponen, pero cedes a ellos de todos modos? ¿No puede comunicarse o incluso identificar efectivamente sus propias necesidades la mayor parte del tiempo? ¿Está pensando casi constantemente en cómo satisfacer las necesidades de otra persona en lugar de las suyas? ¿Te responsabilizas de sus acciones en lugar de permitirles que tomen las consecuencias? ¿Tiene una baja autoestima, sufre de ansiedad y estrés, y le resulta difícil tomar una decisión por sí mismo?
Si puede responder honestamente que sí a estas preguntas, probablemente debería obtener una evaluación de un profesional de la salud o consejero.