La privacidad nos define. En un mundo donde el narcisismo está en aumento, particularmente entre los líderes y directores ejecutivos (Harvard Review http://hbswk.hbs.edu/archive/156…), la tendencia a ignorar los límites y actuar como si otros fueran una extensión de nosotros mismos es En detrimento de los negocios, la salud mental, las relaciones y la solidez psicológica. No puedes tener límites sin privacidad, ni privacidad sin límites.
No tener privacidad es no tener personalidad como enredo y la incapacidad para diferenciarnos de los demás, en lugar de las reglas únicas. Hay una diferencia entre el secreto y la privacidad. La privacidad y el deseo de tenerla, protegerla y nutrirla no tiene que ver con la seguridad y la política, aunque eso puede entrar en juego para algunos. La privacidad es la capacidad, el derecho y el poder de elegir nuestros pensamientos y sentimientos y con quién compartirlos o no. Lo que mantenemos en privado y lo que compartimos es lo que nos hace deseables, divertidos, populares, impopulares, misteriosos, encantadores, carismáticos. Es lo que renuncia a la personalidad.
Compartir todo destruye la personalidad como una playa nudista destruye el erotismo. Son las cosas ocultas las que más nos intrigan.
La “generación más joven” ha sido estafada, vendida una lista de productos y engañada por la experiencia de ser individuos, responsables de sí mismos y de su propia marca y personalidad.
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Los jóvenes prefieren agruparse en grupos y compartir todo, desde sus hábitos de café hasta sus movimientos intestinales, como los buenos “Do-bees” en Romper Room. No se criaron en una generación en la que cuanto más compartían, más en riesgo estaban en manos del estado.
No conocen la emoción de ser su propia persona privada, de algo tan simple como estar en una mesa afuera de un restaurante donde nadie los conoce, nadie sabe que están ahí y pueden sentarse y leer o pensar y estar solos. Con quién y qué son. La generación más joven no sabe quiénes son sin que alguien se los diga, los lea en un sitio web, no comparta quiénes son sus amigos o los verifique en función de algún estándar arbitrario de sus compañeros. La privacidad es para los valientes, los exploradores. Nosotros, la “generación anterior”, no acumulamos nuestros datos. Somos selectivos con ello. La privacidad es carácter, sabiduría, perspicacia, conciencia. Y si no lo tienes, no lo entiendes.