En realidad, no creo que las personas deseen especialmente el poder, y más aún piensan que esta acusación de los motivos de las personas no tiene sentido.
En mi opinión, el poder es un medio para un fin, no el fin en sí mismo. Las personas sanas desean el fin, no realmente los medios. Me parece un signo de problemas mentales cuando las personas quieren el poder como un fin en sí mismo.
Usemos la analogía del dinero. Las personas sanas realmente no quieren dinero, quieren lo que el dinero puede comprar. Cuando la gente codicia el dinero como un fin en sí mismo, los llamamos codiciosos y sospechamos que su cableado mental es defectuoso.
Por supuesto, dado que el poder, como el dinero, es un medio para lograr otros fines, muchas personas quieren más de él. Sin embargo, hay excepciones incluso aquí. Algunas personas dudan en aceptar el poder debido a las responsabilidades que creen que conlleva. Las personas rechazan las promociones, por ejemplo, porque no quieren la responsabilidad de supervisar a otros.
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El poder es solo un motivo sobrevalorado en la vida humana, y la regla más segura es que cualquiera que quiera el poder no debería tenerlo.