Buena pregunta.
Esta es la ironía de la vida, tendemos a dar por sentado a nuestros seres queridos. Con los extraños somos educados porque queremos que tengan una buena impresión de nosotros, mientras que con nuestros seres queridos creemos que sí tienen una buena opinión de nosotros y que eso no cambiará en cualquier caso. Es una historia completamente diferente que cambia a veces y perdemos nuestras relaciones debido a nuestro comportamiento grosero.