Puede haber dos razones.
- Verdaderamente esa persona no recuerda la lógica detrás de una acción en particular. Esto sucede cuando la acción es trivial, sucedió hace mucho tiempo o en la influencia de algún agente intoxicante.
- La persona sabe la razón, pero encuentra que la razón es peor que la acción en sí. Para evitar más vergüenza, la persona toma la salida fácil.