La defensa no proviene de las organizaciones, sino de las personas dentro de las organizaciones.
Este acto es una reacción al miedo que está bastante mal enmascarado.
También es una señal de estancamiento y falta de motivación para seguir adelante, junto con la prueba de que la administración de esta organización simplemente se pierde sin una sola cosa sobre la cual ser optimista (falta de planes para el futuro).
Tales compañías han llegado a este punto de alguna manera, pero no podrán avanzar con la misma mentalidad.
Requerirá una gran cantidad de decisiones difíciles del personal, y muchas revisiones de la estrategia para el futuro, además de comunicárselas a los empleados regulares y capacitar a los empleados (alentándolos a hablar).
Si todas las decisiones son tomadas solo por un par de personas que no están en contacto con los cambios en las fuerzas del mercado o los requisitos de los clientes, la compañía está condenada.